Es una frase que se la escuché un día a un jefe de taller, de un taller mecánico, hace ya más de 20 años, y debe ser que me caló profundamente, porque todavía hoy la recuerdo.
Me dijo, mira Sergio, el que sabe sabe (refiriéndose al arte de arreglar coches), y el que no… pa’ Ingeniero.
Yo terminé estudiando Ingeniería, así que debe ser que lo de mecánico no iba conmigo.
Todo esto viene por un comentario que recibí hace poco, y que me lo han hecho más de una vez.
“¿Sergio, si esto de ganar en bolsa es tan fácil, por qué das formación?”
La verdad es que esa frase da para un libro.
Lo primero, lo de que ganar en bolsa es fácil no es cierto.
Como en cualquier emprendimiento, empezamos con las probabilidades en contra. Hay que formarse mucho y adquirir mucha experiencia, mucho trabajo, para tornar esas probabilidades a favor.
Así que de fácil nada. Todo lo contrario. Requiere de dedicación, esfuerzo y sacrificio.
¿Pero qué no lo requiere?
Y sobre lo de dar formación, te podría poner como ejemplo al ejecutivo o CEO de cualquier empresa que da clases en Masters.
¿Significa que ese ejecutivo no gana dinero en su trabajo y por eso va a dar clases?
Pero te cuento mi historia para que salgas de dudas.
En el año 2008, después de 8 años de formación y práctica en bolsa, 4 de ellos dedicado exclusivamente a las opciones, tuve la idea de dar una formación especializada que en castellano no existía.
Mi objetivo era estar todo el día conectado con el mercado, y ese proyecto me lo permitía.
Podría haber montado un bar, o cualquier otra cosa, pero yo quería estar pegado a las pantallas.
Es decir, el montar la escuela fue una decisión simplemente egoísta. Era la mejor forma que tenía de seguir al mercado día a día…
Lo curioso es que luego me di cuenta de que dar formación me iba a convertir en un mejor operador, porque la responsabilidad y el deber para con mis alumnos, me hizo explorar áreas a las que jamás habría entrado.
Ya lo dijo Cicerón: “Si quieres aprender, enseña”.
El caso es que con los años conseguí capitalizarme y llegó un punto donde podría haber cerrado la escuela, pero no lo hice.
Me di cuenta del gran valor que se generó con los años, desde un punto de vista profesional y social. La comunidad que se había formado, las relaciones personales que hice (de hecho han surgido varios proyectos con alumnos), las amistades…
Sharkopciones superó con creces mis expectativas y las de todos los alumnos.
Por eso, además de otras actividades como la gestión privada, o negocios fuera del sector, sigo involucrado en la formación, además por supuesto de que me genera ingresos, porque me permite estar en contacto con gente como yo, que para mí eso es más importante.
Si no fuera por la escuela, no llegaría a ese tipo de personas, muy parecidas a mí.
Personas comprometidas, con ambiciones, que buscan retos y quieren seguir creciendo y aprendiendo. Y de las que a veces surgen amistades o asociaciones…
Así somos en Sharkopciones.
Si quieres formar parte de nuestra comunidad, a través del siguiente link lo puedes hacer:
PD: nunca volví a ver al jefe de taller, pero creo que en el fondo a él le hubiera gustado ser Ingeniero…
